Cuenta la historia que
fueron los egipcios los primeros en llevar a cabo levantamientos topográficos,
para poder valuar sus terrenos, con el objeto de fijar los impuestos a la
población.
El Nilo determino el valor
de las propiedades, dividiendo las tierras en: aquellas que siempre recibían
los beneficios del desbordamiento, las beneficiadas algunas veces y las que
nunca disfrutaban el agua.
Para acabar con la confusión
provocada por las inundaciones anuales del Nilo, los “tenedores de cuerdas” o
topógrafos aplicaban los métodos geométricos para volver a trazar los linderos
de las propiedades borrados durante la crecida.
El elemento más
representativo que ayudaba a pronosticar el valor de las cosechas cada año, era
la llegada del intuitivo Ibis ave poco mayor que una gallina, muy llamativa,
tanto por su plumaje como por la longitud y curvatura de su pico. Por sus
predicciones sobre la cosecha y su relación con el agua, elemento asociado con
la riqueza, el ave comenzó a ser símbolo de inteligencia y sabiduría, su paso
regular y ponderado se tomó como medida de edificios sagrados y su pico curvado
se relaciona con la acción indagatoria de la mente.
El ibis se asoció al dios
Thot, descubridor de las letras y los números del cálculo, la geometría y la
astronomía, es el dios del orden y de la regularidad, dios de la Luna inventor
de la escritura, vigila las leyes y da inspiración a los escribas. Que mejor
representante de los valuadores modernos que el ave Ibis que fue para los
egipcios símbolo de la inteligencia y sabiduría y cuya imagen seleccionó el
mismo dios Thot para su expresión corpórea...
No hay comentarios:
Publicar un comentario